¿Fracaso en el PSG?

¿Fue un fracaso el tiempo de Messi en el PSG?

Permíteme ser claro: si mides el éxito solo por títulos, entonces sí — Messi cumplió. Dos campeonatos de Ligue 1 en dos temporadas. No es un rendimiento promedio; está por encima de la media liga para cualquier jugador elite. Y antes de decir que ‘es fácil en Francia’, recuerda: el PSG perdió el título justo antes de su llegada. Así que no heredó un equipo invencible — ayudó a reconstruirlo.

La realidad del rol

Hablemos ahora de narrativa frente a datos. Es cierto que ‘no fue el jefe’, pero eso no significa fracaso.

En análisis futbolístico, medimos influencia mediante xG, asistencias por 90 minutos y toma de decisiones bajo presión. En esos dos años, Messi estuvo entre los cinco primeros jugadores europeos del top cinco ligas en xG + asistencias por 90 minutos — incluso con limitaciones para crear desde el centro.

Más importante aún: ¿fue usado como se esperaba? Sí — como tercera opción en faltas (después de Mbappé y Neymar). Pero aquí está lo que muchos fans pasan por alto: eso no fue señal de debilidad — fue una optimización táctica.

Por qué compararlo con Ronaldo es engañoso

Siempre mencionan la legendaria actuación de Ronaldo en Man Utd o Juventus como si fuera equivalente al caso de Messi en el PSG. Gran error.

Ronaldo siempre fue número uno en penales y eje creativo central dondequiera que fue. Messi nunca tuvo ese rol en París — porque ya tenían dos opciones mundiales por delante.

En cuanto al impacto económico y compromiso del fanático durante su etapa? Aún impulsó récords históricos en patrocinios y atención mediática — algo que ningún otro jugador pudo replicar.

Y sí… hubo momentos donde tuvo que agacharse para cubrir la caja del penalty durante faltas. ¿No glamoroso? No. ¿Realista? Absolutamente — ese tipo de sacrificio físico forma parte estratégica del deporte moderno.

Los datos no mienten – ni deberíamos hacerlo nosotros

Cuando los clubes fallan en Europa o las selecciones nacional se ven derrotadas, a menudo culpan a jugadores estrella como Messi. Pero pregúntate: ¿culparías a Ramos cuando Real Madrid perdió una final? ¿O a Robben cuando Bayern tropezó? La verdad es sencilla: a Messi nunca se le pidió llevar solo al París — ni debería haberse esperado. Su rol fue más sutil que dominante; más constante que explosivo; más confiable que llamativo — exactamente lo que necesitan los equipos elite al equilibrar estrellas alrededor de superestrellas.

Así que la próxima vez alguien diga ‘fracasó en el PSG’… pregúntale: ¿qué esperaban de un arma ofensiva terciaria? La respuesta no es gloria — es estabilidad + resultados + eficiencia—and eso precisamente ocurrió.